Журнал науки о ядерной энергетике и технологиях производства электроэнергии

Seguridad nuclear y derechos de soberanía nuclear en el contexto de la asociación entre la República de Corea y los Estados Unidos (ROK-US)

Rohit Saini, Manoj Ojha y Pooja Singh

Corea del Sur ha sido el sexto mayor productor mundial de energía nuclear, con veinte reactores nucleares que suministran alrededor del 40% de la electricidad del país. La asociación entre la República de Corea y los Estados Unidos (ROK-EE. UU.) ha permitido el crecimiento de la energía nuclear de Corea del Sur. En 1972, se firmó el Tratado de Energía Atómica según el cual los Estados Unidos suministraban la tecnología nuclear y los materiales necesarios para el desarrollo de la energía nuclear; a cambio, a Corea del Sur se le prohibía explícitamente realizar operaciones relacionadas con la proliferación, como el reprocesamiento de combustible usado y el refinamiento de uranio. Se espera que los dos países amplíen su acuerdo de cooperación nuclear en 2014, en medio de tres décadas de fructífera colaboración. Por otra parte, las negociaciones entre Seúl y Washington sobre un nuevo acuerdo pueden ser una fuente de fricción y desacuerdo. El deseo de Corea del Sur de una capacidad de ciclo completo del combustible, en particular, puede chocar directamente con la demanda del presidente Obama de un mundo libre de armas nucleares y las preocupaciones de los Estados Unidos (EE. UU.) sobre el armamento nuclear. Las conversaciones bilaterales entre los Estados Unidos y la República de Corea tendrán consecuencias importantes para el sistema mundial de no proliferación, así como para la seguridad en la región. En este artículo se analizan los problemas y desafíos que plantea la renovación de la relación entre la República de Corea y los Estados Unidos. Se analiza el acuerdo sobre energía atómica, así como las implicaciones políticas para la relación entre la República de Corea y los Estados Unidos.